Mermas en la preñez

Las pérdidas embrionarias o los abortos pueden ser producidos por enfermedades infecciosas o parasitarias, problemas nutricionales y el clima entre otras numerosas causas.

En el caso de las enfermedades, estás pueden aparecer a causa de un incorrecto manejo sanitario, tanto a lo largo de toda la vida de los animales o más específicamente previo al servicio; por condiciones climáticas o geográficas que favorezcan la proliferación de los diferentes agentes etiológicos; por la introducción de hacienda que involucre animales que no han recibido un correcto o completo plan sanitario dentro de un rodeo sano, o simplemente por un alambrado roto o en mal estado que permita el paso de animales de otros establecimientos que pueden llegar a tener un plan sanitario deficiente.

No es la intención enumerar todas las enfermedades que puedan producir perdidas de la preñez, así que, nombraré las más comunes e importantes en nuestro medio.

Brucelosis: Es la enfermedad abortiva por excelencia producida por Brucella abortus y sigue siendo la principal causa de aborto en nuestro país. Su alta prevalencia ocasiona grandes pérdidas económicas, limitando la producción y dificultando además la comercialización de animales y productos de origen animal. Los bovinos se infectan por ingestión de pastos contaminados o por contacto con materiales infectados. Puede producir aborto en cualquier momento de la gestación, pero es más común observarlo en el último tercio. La vaca abortada elimina billones de Brucellas en su descarga genital, feto, envolturas fetales y placenta siendo éstos los principales medios de diseminación de la enfermedad. Es importante educar al personal en el manejo de estos animales que han abortado, dado que, la brucelosis es una zoonosis. En el hombre produce fiebre ondulante, dolores articulares y musculares, cefaleas, debilidad con pérdida de peso y apetito. Esta enfermedad es invalidante tanto para el trabajador rural como para los veterinarios y para cualquier persona que trabaje con productos de origen animal. Es importante insistir en el uso de guantes durante el manejo de los animales abortados, así como apartar al animal del lote en el que se encuentra para evitar la diseminación. Se realiza una vacunación (obligatoria por ley nacional) a todas las hembras entre 3 y 8 meses de edad. Una buena medida para eliminar animales enfermos es el sangrado de todos los animales del establecimiento y la posterior eliminación de los positivos en el caso de que la incidencia sea baja, de ser alta puede implementarse un manejo con un rodeo sano y otro enfermo para evitar deshacerse de un gran número de animales.

Leptospirosis: Producida por diferentes serovares de Leptospira interrogans, produce abortos en el último tercio de la gestación y provoca también muerte de terneros a término o muerte perinatal. Suele presentarse como tormentas de abortos. La bacteria sobrevive en los charcos, cañadas, arroyos, agua de bebida y los animales silvestres actúan como portadores y diseminadores de la enfermedad. El diagnóstico puede realizarse demostrando la presencia de las leptospiras por observación directa en campo oscuro ó por el aislamiento de las bacterias en medios apropiados para su cultivo. La prevención y control de leptospirosis está basada en el uso de vacunas que contengan las serovares que actúan en cada región. La aplicación de la vacuna reduce la aparición de abortos y disminuye el nacimiento de terneros débiles o la muerte perinatal. La aplicación de la vacuna puede realizarse pre servicio o al momento del tacto según considere el veterinario. Se indica vacunar tanto machos como hembras ya que la infección no hace diferencia de sexo y un animal no inmunizado tiene grandes probabilidades de convertirse en un portador sano que disemina la enfermedad durante toda la vida. La leptospirosis también es una zoonosis produciendo fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, nauseas, vómitos y dolor abdominal.

Trichomoniasis: Esta enfermedad venérea producida por el parásito Trichomonas foetus se caracteriza por la repetición de celos debido a la infertilidad transitoria y mortalidad embrionaria. También produce piómetras y aborto. Son abortos chicos que no pasan el tercer mes de gestación. Se detecta al tacto con un bajo porcentaje de preñez o un gran número de preñeces chicas. El feto abortado habitualmente no se encuentra porque es muy pequeño y pasa desapercibido o desaparece, lo que hace difícil los análisis de laboratorio para detectar la enfermedad. La medida profiláctica más adecuada es el raspaje prepucial de todos los toros del establecimiento hasta lograr tres raspajes consecutivos negativos de todas las muestras.

 

Campylobacteriosis: Es una enfermedad venérea productora de infertilidad y mortalidad embrionaria, cuyo agente etiológico es el Campylobacter fetus. Puede producir también abortos esporádicos. El diagnóstico se realiza a partir de la misma muestra que se obtiene para el diagnóstico de Trichomoniasis (raspaje prepucial). El método utilizado para su identificación es la inmunofluorescencia directa, a partir del medio de transporte de la muestra genital. La medida preventiva es la vacunación 30 días antes de comenzar el servicio.

 

IBR (Rinotraqueitis Infecciosa Bovina): La forma genital, en la hembra, se caracteriza por la aparición de pústulas vulvares a veces muy numerosas y confluentes, lo que da el nombre de vulvovaginitis pustular infecciosa, con secreción vaginal escasa, elevación y movimiento de la cola, polaquiuria e hiperemia de la mucosa vulvar. Esta forma puede afectar al útero y predisponer a la infección bacteriana secundaria que da por resultado una metritis y un período de infertilidad transitorio. Los trastornos reproductivos entonces pueden ir desde la repetición de celo y muerte embrionaria hasta el aborto. Por lo general los abortos se presentan en el último tercio. La prevención de esta enfermedad se puede realizar por medio de la vacunación. Lo ideal es vacunar 2 meses antes del servicio con doble dosis, la segunda a los 30 días de la primera. El aislamiento del virus se puede realizar a partir de órganos fetales, siendo el riñón y pulmón las muestras de elección, o también a partir de hisopados vaginales.

 

DVB (Diarrea Viral Bovina): Lamentablemente el nombre de la enfermedad es desafortunado y lleva a confusión. La enfermedad tiene diversas formas de presentación clínica, incluyendo manifestaciones digestivas, muertes embrionarias, malformaciones fetales, alteraciones del SNC, terneros débiles, etc. y a veces diarrea, pero no es éste el síntoma más frecuente. La infección con virus de Diarrea Viral Bovina en el momento de servicio produce infertilidad y disminución de la tasa de concepción. Cuando las vacas preñadas se infectan con el virus en el primer tercio de la gestación se puede producir el aborto. Pueden nacer terneros con lesiones del sistema nervioso central, ciegos, atáxicos o con atrofia de los folículos pilosos lo que da lugar a la aparición de terneros pelados. También causa momificación, malformaciones congénitas, muerte perinatal, nacimiento de terneros débiles y de menor tamaño, que muchas veces maman y mueren a las pocas horas o terneros persistentemente infectados. El momento apropiado para la vacunación es uno ó dos meses antes del servicio con doble dosis la primera vez y un refuerzo anual

 

Neosporosis: Es una enfermedad causada por un parásito protozoario reconocido recientemente. Está asociado con mortalidad fetal y neonatal, pudiendo ser causante también de una encefalomielitis fatal. La infección por Neospora se diagnosticó por la presencia de lesiones histológicas y la coloración positiva a partir de fetos abortados por técnicas de inmunohistoquímica. Pero aun faltan mucho por descubrir de esta enfermedad.

 

 

Las vacunas muchas veces vienen asociadas en una misma dosis, lo que hace la vacunación pre servicio un acto sencillo.

La reproducción es una actividad de lujo para los animales, motivo por el cual, se encuentra en la última posición en el orden de prioridades de una vaca con respecto a la asignación de la energía. Es bien sabido que las vacas deben contar con buen nivel nutricional para poder comenzar a ciclar o “alzarse” y así lograr la concepción. Por eso, debe darse un buen nivel nutricional previo al servicio y durante este para lograr el mayor numero de ciclos o “celos” y así aumentar las probabilidades de concepción. Una mala o deficiente nutrición condena al fracaso desde el vamos al servicio.

Los abortos por factores nutricionales son un tema muy controversial, es por esto que los investigadores del tema no logran ponerse de acuerdo al respecto. Durante la preñez existen momentos en los cuales las vacas pueden ser suplementadas y es allí donde pueden ocurrir inconvenientes, puede ocurrir un error en el cálculo de la cantidad de grano suministrado o existir un animal “glotón”, este exceso de granos puede llevar a la acidosis ruminal en sus diferentes grados y provocar un leve malestar, un aborto e inclusive la muerte. Otro tema, es el exceso de proteínas que puede atentar contra el embrión primordialmente o el feto. Esto puede ocurrir cuando el animal es alimentado con complejos proteicos o urea y por error llegar a niveles tóxicos de amoniaco que puede ser letal para el embrión o feto.

Si uno estaciona el servicio generalmente lo está haciendo desde septiembre-octubre hasta enero-febrero de acuerdo a la zona en la que uno se encuentre. En estos momentos puede haber picos de calor que hacen que el animal sufra y provocar la pérdida de la preñez sobre todo en los primeros días de gestación. Por eso es recomendable que las vacas tengan acceso a sombra y agua (limpia y fresca) ad libitum para lograr que los animales se encuentren siempre en una temperatura de confort y evitar el stress calórico.

El manejo es algo importante también, deben  hacerse movimientos de hacienda en forma lenta, sin gritos ni golpes y en lo posible sin perros. Tener mucho cuidado con los productos que se aplican a vacas preñadas o en servicio para evitar intoxicaciones y posteriores abortos.

Para concluir, es importante destacar que en un ciclo productivo lograr la preñez y llevarla a término es uno de los mayores objetivos. Por eso, debemos tratar de tomar todas las medidas que tengamos al alcance de la mano para lograrlo y así obtener la máxima rentabilidad de nuestra empresa. Muchas veces estas mermas son tomadas como algo normal y no reparamos que con medidas simples y económicas se puede lograr un gran impacto en la producción. Se debe recordar que no hay recetas mágicas, que lo que funciona en un establecimiento quizás no funcione en otro aunque este cruzando el alambrado. Y siempre es adecuado recibir un asesoramiento por parte de un profesional en la materia.

Federico O. Galigniana

Veterinario

fogaligniana@gmail.com